Las elecciones de 2027 serán un punto de inflexión, las más complejas, más digitalizadas, intensas y también con una ciudadanía más exigente, por lo que el país requerirá de instituciones que respiren serenidad, que dialoguen y que no teman reconocer que el futuro de la justicia electoral requiere de nuevas herramientas que ayuden a fortalecer la democracia en México, afirmó el magistrado presidente de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Gilberto Bátiz García.
Al participar en la mesa plenaria “Medios Alternativos de Solución de Conflictos. Retos y oportunidades”, tras la inauguración del Tercer Encuentro Regional de Institutos, Tribunales Electorales e INE 2025, reconoció que la democracia se sostiene con reglas, pero también con diálogo y tendiendo puentes, porque “hacer justicia a la justicia implica innovar, transformar, pero, sobre todo, humanizar”, señaló.
Se dijo convencido de que la justicia electoral no solo resuelve conflictos, sino que también ayuda a prevenirlos, por lo que es indispensable “una justicia que no llegue tarde” y que se haga desde la responsabilidad pública que implica asegurar la estabilidad, la paz y, sobre todo, la integridad democrática que es el deber de las instituciones en México.
El magistrado Bátiz García resaltó que desde el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación hay un convencimiento de que la justicia electoral debe pensarse no solamente desde el expediente, sino que tiene que cambiar en la forma de resolver conflictos y hacerse como un método en concordancia con las necesidades de las y los ciudadanos.
“Quedarnos únicamente con las herramientas procesales tradicionales sería insuficiente para un sistema de justicia que por mandato constitucional debe garantizar el acceso efectivo a la justicia; por eso la incorporación de los mecanismos alternativos de solución de controversias, no es un gesto optativo del Estado, sino un mandato” establecido en la Carta Magna, añadió.